Entre el mercado de las flores, los calacús, las castañas, las setas, y ahora el jalogüin y las salchichas alemanas, todavía es un buen momento para acordarse de la Capilla de las Ánimas, en la calle del mismo nombre.
La historia de este pequeño edificio entre medianeras, tiene que ver con el remordimiento y la memoria histórica de nuestros antepasados. Resulta que en el solar donde se ubica ahora el Casino Mercantil y el Burguer King, antigua ferretería de Varela, estaba situado el viejo Hospital de Pontevedra que funcionaba desde el siglo XV, con el nombre de Corpo de Deus, Corpus Christi y después de San Juan de Dios, orden quien lo gestionaría. Dicho hospital tenía anexo su cementerio con su iglesia y su altar de ánimas. Todo este conjunto sería derribado en 1896. Pero los vecinos, tal vez traumatizados por la pérdida de esta referencia espiritual durante tantos siglos, aun celebrando el traslado y modernización del centro sanitario, ya en la carretera de Orense, decidieron erigir una pequeña capilla donde continuar con la tradición de sus antepasados.
Así que en 1898 se construiría esta capeliña de estilo neogótico, que tiene un aire irlandés o bretón, casi céltico.
Si algún día vienen a la ciudad las hijas de Zapatero, seguro que se retratan ante este monumento.